Carmen del Ballet Flamenco de Granada

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El Ballet Flamenco de Granada presenta de manera majestuosa su primer espectáculo, Carmen, una adaptación de la ópera clásica mundialmente conocida que el público adora y con la que todos nos sentimos familiarizados. Carmen fue compuesta originalmente por el francés Georges Bizet y se estrenó en el año 1875, donde su transgresión de las convenciones sociales conmocionó y escandalizó a sus primeros espectadores. La interpretación del Ballet Flamenco de Granada de Carmen se mantiene fiel al original en varios aspectos, aunque presenta un nuevo enfoque que resulta fascinante y emotivo para el público.

Aunque fue escrita por un compositor francés, esta historia tiene lugar en el sur de España por lo exótico que siempre ha sido la península Ibérica a los ojos europeos, por lo que resulta familiar tanto para el público de habla hispana como para la audiencia más internacional. No podemos olvidar que estamos ante la ópera mas representada de la historia. En resumidas cuentas, la historia trata de un militar que se enamora de una mujer gitana. Su interpretación en forma de baile resulta innovadora y cautivadora para todos los públicos. De hecho, algunos de los bailes van más allá del mundo de la danza y mezclan todo tipo de artes, incluyendo la música y las artes escénicas en general.

Uno de los temas principales presentes en la trama de Carmen es el de la inmoralidad. Resulta sumamente llamativo cómo el Ballet Flamenco de Granada resuelve este tema a través de su puesta en escena. Tanto el protagonista masculino, el impulsivo Don José, como la protagonista femenina, Carmen, representan la inmoralidad en todas sus formas a lo largo de la obra. Carmen es una mujer muy provocativa que al comienzo de la historia parece estar totalmente enamorada de José, pero parece perder el interés por él rápidamente. El tema de la inmoralidad se transmite con especial delicadeza, particularmente en los momentos más dramáticos que crean una gran tensión en el ambiente. La intensidad de la escena no sólo se transmite mediante el baile, sino también transversalmente con la escenografía, la iluminación y la música. Este efecto sintetiza todos los elementos artísticos creando una sensación que resulta algo abrumadora para la audiencia, lo que lleva al público a interactuar con el ballet de una manera nueva.

Otro tema de gran importancia en esta producción es el de los celos que, de nuevo, se ilustra de manera dancística. Esos celos aparecen encarnados por el personaje de Don José cuando comienza a darse cuenta de que Carmen está enamorada de Escamillo. En la disputa entre los dos personajes masculinos se observa cómo al comienzo de la actuación la forma de moverse pasa de unos movimientos más sutiles e íntimos para terminar de una forma más abrupta y hostil. Esta variedad y riqueza de movimientos hacen que la actuación sea dinámica y atractiva para el público, independientemente de si se está familiarizado con la trama de la ópera original o no.

 

Por otro lado, resulta muy llamativo la aproximación entre los personajes militares y los personajes gitanos, ya que aporta información significativa acerca del contenido y la forma tan cuidada de la producción. La compañía muestra con pericia los contrastes entre los dos grupos de personajes y ambientes a través de bailes y efectos escénicos visiblemente diferentes. De esta forma se crea una intriga en el público que conduce a una mayor fuente de tensión. Esa tensión que se crea provoca una experiencia muy interesante puesto que produce movimientos únicos y agresivos por la intensidad expresiva.

 

En definitiva, este espectáculo destaca por su esmerada coreografía y su bella puesta en escena lo que lo empujan aún más a convertirse en una de las producciones más notables que se han visto en décadas. No debemos olvidar que el Ballet Flamenco de Granada es actualmente una de las compañías artísticas más innovadoras y cautivadoras que existen en el mundo del flamenco y será todo un deleite para sus sentidos.

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